Misterios del Ocaso

El sol se despide en un suspiro ocre, pintando las nubes con velos de adiós. Y en este silencio que la tarde teje, la sombra alarga lo que el alma perdió. Se encienden faroles, luciérnagas tristes, pequeños lamentos en la oscuridad. Y cada destello que el anochecer viste, desvela un recuerdo de la soledad. Las cumbres lejanas, ahora siluetas, guardan secretos de un tiempo mejor. Y en cada rincón de memorias secretas, un eco lejano de ausente fulgor. Así el ocaso, con su manto de pena, envuelve los sueños que no han de volver. Y en su despedida, la nostalgia serena, nos deja un lamento al dulce anochecer

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Color sobre el Concreto

Entre luz y sombra, un hilo